
La hipertensión arterial es una afección en la que se determina que un aumento persistente de la presión arterial es de 140/90 mm Hg. Arte. Esta patología se detecta en el 40% de la población adulta y suele presentarse no sólo en personas mayores, sino también en adolescentes, adultos jóvenes y mujeres embarazadas. Se ha convertido en una auténtica “epidemia del siglo XXI” y los médicos de muchos países instan a todo el mundo a medirse la presión arterial periódicamente, a partir de los 25 años.
Según las estadísticas, sólo entre el 20 y el 30% de los pacientes con hipertensión arterial reciben una terapia adecuada, y sólo el 7% de los hombres y el 18% de las mujeres controlan periódicamente su presión arterial. En las etapas iniciales, la hipertensión arterial es asintomática o se detecta accidentalmente durante los exámenes o cuando los pacientes visitan al médico para el tratamiento de otras enfermedades. Esto conduce a la progresión de la patología y a un deterioro significativo de la salud. Muchos pacientes con hipertensión arterial que no buscan ayuda médica o simplemente ignoran las recomendaciones del médico y no reciben un tratamiento constante para corregir la presión arterial a niveles normales (no más de 130/80 mm Hg) corren el riesgo de sufrir complicaciones graves de esta patología: accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, etc.
Mecanismos de desarrollo y clasificación.

El aumento de la presión arterial se produce debido al estrechamiento de la luz de las arterias principales y arteriolas (ramas más pequeñas de las arterias), que es causado por complejos procesos hormonales y nerviosos. Cuando las paredes de los vasos sanguíneos se estrechan, el trabajo del corazón aumenta y el paciente desarrolla hipertensión esencial (es decir, primaria). Esta patología ocurre en el 90% de los pacientes. En el 10% restante, la hipertensión es sintomática (es decir, secundaria) y está causada por otras enfermedades (normalmente cardiovasculares).
La hipertensión esencial (o hipertensión) no se desarrolla como resultado de daño a ningún órgano. Posteriormente, provoca daños en los órganos diana.
La hipertensión secundaria es provocada por alteraciones en el funcionamiento de los sistemas y órganos que participan en la regulación de la presión arterial, es decir, un aumento de la presión arterial es un síntoma de la enfermedad subyacente. Se clasifican en:
- renal (parenquimatosa y renovascular): desarrollarse como resultado de hidronefrosis congénita o adquirida, glomerulo y pielonefritis aguda o crónica, poliquistosis renal, enfermedad renal por radiación, glomerulonefrosis diabética, etc.;
- hemodinámica (mecánica y cardiovascular): desarrollarse con insuficiencia de la válvula aórtica, bloqueo auriculoventricular completo, aterosclerosis aórtica, conducto aórtico abierto, coartación aórtica, enfermedad de Paget, fístulas arteriovenosas, etc.;
- endocrino: desarrollarse con feocromocitoma (un tumor hormonalmente activo de las glándulas suprarrenales), paragangliomas, síndrome de Cohn, acromegalia, síndrome o enfermedad de Itsenko-Cushing, etc.;
- neurogénico: desarrollarse con enfermedades y lesiones focales de la médula espinal y el cerebro, hipercapnia (un aumento en la cantidad de dióxido de carbono en la sangre) y acidosis (un cambio en el equilibrio ácido-base hacia la acidez);
- otros: se desarrolla con toxicosis tardía durante el embarazo, intoxicación por talio y plomo, síndrome carcinoide (intoxicación de la sangre por exceso de hormonas), porfiria (trastorno hereditario del metabolismo de los pigmentos), sobredosis de glucocorticoides, efedrina, catecolaminas, toma de anticonceptivos hormonales, ingesta de alimentos con tiramina mientras se toman inhibidores de la MAO.
Según la naturaleza del curso, la hipertensión arterial puede ser:
- transitorio: un aumento de la presión arterial se observa esporádicamente, dura desde varias horas hasta varios días y se normaliza sin el uso de medicamentos;
- lábil: la presión arterial aumenta debido a la influencia de cualquier factor provocador (estrés físico o psicoemocional), se necesitan medicamentos para estabilizar la afección;
- estable: el paciente tiene un aumento constante de la presión arterial y se requiere una terapia seria y constante para normalizarla;
- crisis: el paciente experimenta crisis hipertensivas periódicas;
- maligno: La presión arterial aumenta a niveles altos, la patología progresa rápidamente y puede provocar complicaciones graves y la muerte del paciente.
La hipertensión arterial se clasifica según su gravedad de la siguiente manera:
- I grado: la presión arterial aumenta a 140-159_90-99 mm Hg. Arte.;
- II grado: la presión arterial aumenta a 160-170/100-109 mm Hg. Arte.;
- III grado: la presión arterial se eleva a 180/110 mm Hg. Arte. y más alto.
En la hipertensión sistólica aislada, sólo es típico un aumento de la presión sistólica por encima de 140 mmHg. Arte. Esta forma de hipertensión se observa con mayor frecuencia en personas mayores de 50 a 60 años y su tratamiento tiene sus propias características.
Signos de hipertensión arterial.

Los pacientes con hipertensión arterial pueden experimentar dolores de cabeza y mareos.
Durante muchos años, es posible que los pacientes no sean conscientes de la presencia de hipertensión arterial. Algunos de ellos, durante el período inicial de hipertensión, notan episodios de debilidad, mareos y malestar en su estado psicoemocional. Con el desarrollo de hipertensión estable o lábil, el paciente comienza a quejarse de:
- debilidad general;
- parpadeo de moscas ante los ojos;
- náuseas;
- mareo;
- dolores de cabeza punzantes;
- entumecimiento y parestesia en las extremidades;
- dificultad para respirar;
- dificultad para hablar;
- dolor de corazón;
- hinchazón de las extremidades y la cara;
- discapacidad visual, etcétera.
Al examinar al paciente, se revelan lesiones:
- riñones: uremia, poliuria, proteinuria, insuficiencia renal;
- cerebro: encefalopatía hipertensiva, accidente cerebrovascular;
- corazón: engrosamiento de las paredes cardíacas, hipertrofia ventricular izquierda;
- vasos: estrechamiento de la luz de arterias y arteriolas, aterosclerosis, aneurismas, disección aórtica;
- Fondo de ojo: hemorragias, retinopatía, ceguera.
Diagnóstico y tratamiento.
A los pacientes con signos de hipertensión arterial se les pueden prescribir los siguientes tipos de exámenes:
- medición de la presión arterial;
- análisis generales de orina y sangre;
- análisis de sangre bioquímico para determinar el nivel de colesterol total, colesterol lipoproteico, creatinina, potasio, glucosa y triglicéridos;
- ECG;
- Eco-CG;
- examen de fondo de ojo;
- Ultrasonido de riñones y cavidad abdominal.
Si es necesario, se puede recomendar al paciente que se someta a exámenes adicionales. Después de analizar los datos obtenidos, el médico selecciona un régimen de terapia con medicamentos y da recomendaciones detalladas sobre cómo cambiar el estilo de vida del paciente.
























